El Botón Azul

Durante una plática relativamente  reciente  con un amigo,  generalista de   una planta maquiladora,    me compartió un relato sobre Don Sixto, quien era operador  de la fábrica desde hacía 6 años.

Don Sixto se  acercó a mi amigo y le preguntó si alguna vez podría ver el producto terminado , ya que su trabajo consistía en poner un botón azul durante su jornada,  lo cual lo había venido haciendo  desde 2015.

Mi amigo lo escuchó atento,  quizás un poco sorprendido, pero le aseguró que  haría las gestiones necesarias para que conociera el producto terminado, y a propósito… mi amigo tampoco había  visto ese producto terminado, ya que su ingreso a la planta era relativamente reciente, y él tenía su propio botón azul en  que enfocarse; prioritariamente.

Me gustó mucho su relato, y me hizo reflexionar sobre las muchas  veces que en nuestras carreras, solo vemos el botón azul de  nuestra responsabilidad, y lo vemos por supuesto, desde diferentes perspectivas, y  aunque sea  desde diferentes ángulos, siempre botón y siempre azul.

Nos perdemos la gran oportunidad no solo de ver de cerca el producto terminado, sino de entender  las muchas manos  e ideas de  nuestros compañeros que contribuyen para  que materiales  o ideas se transformen  en los productos o servicios innovadores  listos para salir al mercado; me los imagino en colores brillantes, lucen nuevos, huelen a nuevo y en un empaque atractivo  y de  calidad, o en servicios que persuaden y enamoran para que los clientes los adquieran y los prefieran sobre otros.

En algún momento de mi carrera, seguro estoy que  también puse atención  solamente a mi botón azul, sin llegar a conocer el o los procesos, y  creo que sin   importar cuál sea nuestra profesión, lo que importa, es lo que hacemos  con  perspectiva de equipo, qué grato y satisfactorio es ver nuestra aportación, nuestro botón azul, en el   producto o servicio terminado,  y por supuesto,  su impacto.

Nos da una sensación de orgullo, de pertenencia, de equipo,  de ser parte de un todo y con una mirada totalmente nueva, como un producto reluciente y recién desempacado.

Isidro Huerta

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